Introducción
El pie de atleta, también conocido como tiña del pie, es una de las patologías podales más conocidas en la sociedad. Esta infección por hongos es difícil de identificar y, en muchos casos, solo es detectable por la descamación de los pies.
La tinea pedis, coloquialmente llamada “pie atleta” o “tiña del pie” es una infección superficial de la piel provocada por hongos dermatofitos. Las tiñas reciben su nombre dependiendo de la zona corporal en la que aparezcan, y en este caso, la tinea pedis afecta a la región del pie. Los principales agentes patógenos que provocan dicha infección son: Microsporum, Trichophyton y Epidemophyton.
Se trata de una de las infecciones provocadas por hongos dermatofitos más frecuentes, ya que las condiciones de humedad y calor que se dan en el pie fomentan la proliferación de este tipo de hongos.
Es muy frecuente entre deportistas, de allí su nombre, ya que el ambiente cálido y húmedo de los zapatos y calcetines deportivos favorece el crecimiento de hongos.
¿Qué es el pie de atleta?
La Tinea Pedis es una infección micótica dérmica que se puede expandir a lo largo de la zona plantar, con afección en uno o los dos pies. Suele aparecer por primera vez en la zona interdigital, y también es donde mayor incidencia tiene. Es más frecuente en varones y está provocada generalmente por dermatofitos, raramente será por otras cepas fúngicas como el hongo Candida.
El pie de atleta se caracteriza por una picazón intensa y el mal olor de pies, entre otros síntomas.
Al tratarse de una infección, es importante su detección temprana para iniciar el tratamiento lo antes posible y evitar la propagación o contagio al resto del pie, al otro pie o a otras personas.
Para ello, en cada consulta podológica es recomendable realizar una exploración exhaustiva de toda la zona plantar del pie. Debido a la edad, obesidad, lesiones, etc., muchas personas no son capaces de tener una buena panorámica de su zona plantar.
Síntomas del pie de atleta
Los síntomas y el aspecto de la lesión variarán en función del tipo de tiña que el paciente presente. Los síntomas del pie de atleta más habituales son una picazón intensa, enrojecimiento y descamación de la piel. Si la patología se encuentra en una fase avanzada, pueden aparecer fisuras y ampollas.
Como hemos dicho anteriormente, la infección suele comenzar en la zona interdigital (entre los dedos del pie) y luego se puede extender hacia la planta y los lados del pie. En casos más graves, puede haber dolor, inflamación y mal olor.
¿A quién afecta el pie de atleta?
El pie de atleta es una patología típica de deportistas o montañeros debido al exceso de humedad acumulada en el interior del calzado. La actividad física y la maceración provoca mayor sudor en los pies, así como la utilización de determinados productos y/o vaselinas. El pie de atleta suele ser más frecuente en hombres y deportistas.
Clasificación del pie de atleta
La denominación del pie de atleta puede variar según la cepa o zona afectada:
· Tinea pedis interdigital: Es la más común. Como el propio nombre indica la localización en la zona interdigital, en todos los dedos o en uno solo. Es bastante característica por el olor que desprende.
· Tinea pedis mocasín: También conocida como dermatofitosis. Se extiende por la zona plantar y se muestra como una descamación de la piel.
· Tinea pedis inflamatoria: Es muy olorosa y se caracteriza visualmente por la aparición de pápulas pequeñas que se pueden drenar. Estas pápulas se localizan en la cara interna del pie, aunque también se pueden encontrar en la planta del pie, mayoritariamente en la bóveda plantar.
· Tinea pedis ulcerativa: Se localiza en la zona interdigital generando lesiones más profundas, con más humedad y exudativas.
· Intertriginosa: Aparece entre dos o más dedos del pie. Se aprecia erosión, descamación y enrojecimiento de la piel. En algunos casos también puede presentarse con aspecto húmedo y macerado. Suelen generar picor, o incluso escozor si existen grietas en la piel.
· Hiperqueratosica: Suele presentarse en la planta y el talón, con áreas rosáceas, escamas blanquecinas en los bordes y engrosamiento de la capa superficial de la piel. Provoca picor y/o escozor si existen heridas profundas en la piel.
· Vesículo-ampollosa: Es la menos frecuente, se caracteriza por presentar un área rojiza con pequeñas ampollas y descamación de la piel superficial. El paciente suele percibir picor y/o quemazón.
Causas y factores de riesgo
· Humedad: Excesiva sudoración, calcetines o calzado inadecuados, etc.
· Contacto con superficies contaminadas (suelo, toallas, calcetines, etc.)
· Higiene inadecuada.
· Obesidad
· Diabetes mellitus.
· Déficit inmunitario.
Diagnóstico
La forma más frecuente de diagnóstico consiste en evaluar el aspecto, localización de la lesión, y los síntomas que el paciente presenta, así como las características específicas de cada individuo, ya que la tinea pedis se puede llegar a confundir con otras lesiones en la piel, como la psoriasis, dermatitis, u otro tipo de infecciones.
Si fuese necesario, se pueden llevar a cabo una serie de pruebas sencillas y eficaces que nos ayudarán a llevar a cabo un diagnóstico más certero, como por ejemplo:
· Luz de Wood: Aunque existen algunos hongos que no emiten fluorescencia, si empleamos luz ultravioleta en la zona afectada, y la fluorescencia que obtenemos se torna de un color verdoso, o verdoso-amarillento estaremos frente a una infección por hongos.
· Cultivos micológicos: Hidróxido de potasio, entre otros.
Tratamiento
En la mayoría de los casos, la tinea pedis se resuelve aplicando un fármaco antimicótico por vía tópica sobre la zona afectada. Sin embargo existe la posibilidad de que la infección vuelva a aparecer al cabo de unas semanas o meses, en estos casos existe la opción de utilizar un antimicótico por vía oral.
El tratamiento generalmente consiste en la aplicación de cremas o geles en la zona plantar o interdigital del pie. Si fuera muy recurrente, se valoraría por parte del profesional el inicio de una terapia oral.
Es importante hacer hincapié en la importancia de la prevención y en mantener unos buenos hábitos de higiene explicados anteriormente.
Es importante tratar el pie de atleta adecuadamente, ya que si no se trata, la infección puede propagarse a otras áreas del cuerpo o a otras personas. Si se detectan síntomas de pie de atleta como los expuestos en este artículo, es recomendable acudir a una clínica podológica especializada.
Prevención
Hábitos que pueden ayudar a prevenir el pie de atleta. Para prevenir esta infección u otras patologías, es importante adquirir una serie de hábitos para cuidar la salud de nuestros pies. Es fundamental llevar a cabo una serie de medidas preventivas para que esta infección no reaparezca, por ejemplo:
· Buena higiene: Lavar la zona interdigital correctamente con jabón.
· Métodos de barrera: El uso de chanclas en hoteles, piscinas o gimnasios.
· Un secado correcto: Secar correctamente la zona interdigital y la zona plantar antes de vestirse.
· Evitar un exceso de sudoración: Usar medios para tratar el exceso de sudoración o hiperhidrosis, como la aplicación de talco para el sudor. El talco genera una barrera que seca y evita que el sudor macere la piel y penetren virus, bacterias u hongos.
· Calcetines fabricados con materiales de calidad: Si se realizan travesías y actividad física intensa de manera prolongada, se aconseja llevar siempre calcetines y calzado transpirable fabricado con materiales de calidad. También es importante llevar otro par de calcetines de repuesto.
· Evitar la acumulación de humedad entre los dedos.
· Mantener medidas de higiene adecuadas.
· Uso de calzado y calcetines transpirables.
· Lavados periódicos con jabón desinfectante si el paciente ya ha padecido una infección similar.