Terapia Farmacológica
Sin lugar a duda, algunas enfermedades del pie requieren tratamiento farmacológico, de manera tópica, oral o sistémica, como puede ser un anestésico, analgésico, antiinflamatorio o antibiótico.
Los podólogos son profesionales prescriptores de fármacos de pleno derecho, tal y como salió publicado en la ley 28/2009 de modificación de ley 29/2006 de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios.
“La receta médica, pública o privada, y la orden de dispensación hospitalaria son los documentos que aseguran la instauración de un tratamiento con medicamentos por instrucción de un médico, un odontólogo o un podólogo, en el ámbito de sus competencias respectivas, únicos profesionales con facultad para recetar medicamentos sujetos a prescripción médica”.
Se debe realizar siempre un uso responsable y adecuado de los medicamentos.
No debe automedicarse. Todos los medicamentos tienen un efecto terapéutico, es decir de curación o mejoría de una enfermedad o de un síntoma, pero también tienen posibles efectos indeseables y efectos secundarios no buscados: utilícelos sólo sin son necesarios y siguiendo las indicaciones y supervisión de los profesionales sanitarios.
Farmacología en Podología. Conceptos y Aplicaciones Farmacéuticas
Conceptos básicos
La farmacología se divide en dos ramas principales: farmacocinética, que estudia la acción del organismo sobre el fármaco, y farmacodinámica, que evalúa los efectos del fármaco en el organismo. Entender estos conceptos es esencial para una adecuada gestión de la terapia farmacológica en podología.
Medicamento: significado y uso
Un medicamento es un fármaco preparado y dosificado para ser administrado con objetivos terapéuticos específicos. Su uso debe estar justificado en función de evidencias clínicas, y su administración debe ser precisa para evitar efectos adversos y optimizar la salud del paciente.
Definición de fármaco
Un fármaco es cualquier sustancia química que, tras ser introducida en un organismo vivo, produce efectos fisiológicos. Los fármacos son fundamentales en la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades, y su correcto uso exige un conocimiento detallado de su naturaleza y efectos.
Acción Farmacológica: Mecanismos y Fases
Principio Activo
El principio activo es el componente químico del fármaco responsable de su efecto terapéutico. Su estructura química y propiedades determinan la eficacia y seguridad en el tratamiento de diferentes patologías.
Latencia
La latencia es el tiempo que transcurre desde la administración de un fármaco hasta que se observa el efecto deseado. Este periodo puede variar según el fármaco y la ruta de administración utilizada.
Efectos: Terapéutico, Secundario y Tóxico
Los efectos de un fármaco se pueden clasificar en terapéuticos, que son los deseados; secundarios, que pueden ser indeseados pero no peligrosos; y tóxicos, que pueden causar daño significativo.
Fases de Acción Farmacológica
Las fases de acción farmacológica incluyen la farmacéutica, que se ocupa de la formulación del fármaco; la farmacocinética, que estudia cómo el organismo actúa sobre el fármaco; y la farmacodinámica, que explora cómo el fármaco afecta al organismo.
Medicamentos y su Uso en Podología
Tipos de medicamentos en pacientes PSCV
Los pacientes con enfermedades cardiovasculares pueden requerir antihipertensivos, anticoagulantes y betabloqueantes. Estos fármacos ayudan a controlar la presión arterial y a prevenir complicaciones como trombosis.
Medicamentos para diabetes
Los pacientes diabéticos suelen utilizar insulinas y antidiabéticos orales como metformina y glibenclamida. Estos medicamentos ayudan a regular los niveles de glucosa en sangre.
Antimicóticos: fungicidas y fungistáticos
Los antimicóticos se dividen en fungicidas, que eliminan los hongos, y fungistáticos, que inhiben su crecimiento. Medicamentos como fluconazol e itraconazol son ampliamente utilizados en podología.
Antibióticos y antivirales
Los antibióticos son cruciales para combatir infecciones bacterianas, mientras que los antivirales se utilizan para tratar infecciones virales. Su uso adecuado es esencial para evitar la resistencia bacteriana.
Medicamentos de uso frecuente en podología
Medicamentos como clotrimazol, miconazol y terbinafina son utilizados comúnmente para tratar infecciones dermatológicas en los pies. Estos agentes antifúngicos son esenciales en la práctica podológica.
Formas farmacéuticas y vías de administración
Las formas farmacéuticas incluyen tabletas, cremas, y soluciones. La vía de administración puede ser oral, tópica o intravenosa, y se elige según la condición a tratar y la farmacocinética del medicamento.
Factores fisiológicos y patológicos
Los factores fisiológicos como la edad y el peso, así como los factores patológicos como enfermedades concomitantes, pueden afectar la eficacia y seguridad de los medicamentos. Es fundamental personalizar el tratamiento.
Fármacos tópicos en dermatología podológica
En la mayoría de las ocasiones los podólogos deciden utilizar la vía tópica para la administración de medicamentos. La piel es un órgano externo que suele ser tratado mediante la aplicación directa de fármacos. Cuando nos encontramos ante una infección o afección leve, superficial y que no corre mayores riesgos utilizaremos un tratamiento tópico (aplicado externamente en la zona afectada). Los fármacos se van distribuyendo por la superficie cutánea hasta conseguir llegar a la circulación sistémica.
El grado de absorción del fármaco va a depender de muchos factores. En cuanto a la forma de distribuir el medicamento tendremos que elegir entre las siguientes opciones:
· Pomadas (para alteraciones secas)
· Cremas (para alteraciones húmedas)
· Lociones y soluciones: son menos desecantes y penetran con mayor dificultad que las dos anteriores
· Formulación en polvo: no se adhiere correctamente a la piel pero tiene la ventaja de que puede aplicarse en el interior del calzado
Tratamientos tópicos más habituales
· Antifúngicos. Los antifúngicos tópicos se utilizan principalmente para el tratamiento de micosis superficiales de piel y uñas. La vía tópica emplea los antifúngicos cuando se trata de infecciones leves y no invasivas, como ya mencionamos anteriormente. Si al contrario se tratara de una infección grave y recurrente se utilizaría la alterativa sistémica para su tratamiento.
Infecciones fúngicas más comunes:
· Dermatofitosis: originada por hongos dermatofíticos
· Candidiasis: infecciones fúngicas cutáneas causadas por levaduras de la piel que aparecen mayormente cuando se aprecia infección
· Onicomicosis: los agentes causales son hongos dermatofitos, o también podemos incluir las levaduras y mohos. El tratamiento con antifúngicos será más o menos efectivo según cómo estea la zona afectada
· Antibióticos. Lo más normal es que una infección cutánea se trate de forma local, pese a que en muchas ocasiones el uso de antibióticos tópicos se limita por el riesgo de producir resistencias bacterianas si los tratamientos son prolongados.
· Corticoesteroides tópicos. Son los productos farmacológicos que se prescriben más frecuentemente. Son productos muy eficaces para determinadas enfermedades en la piel. En ocasiones producen reacciones adversas por lo que es preciso controlar el tiempo y lugar de aplicación. Los podólogos aconsejan comenzar el tratamiento con una dosis pequeña e ir aumentándola cuando se observe mejoría clínica.
· Combinación de fármacos tópicos. Los corticoides tópicos suelen estar asociados a antibióticos o antifúngicos. Este tratamiento frena la respuesta inmune del paciente a nivel local, por lo que el resultado puede ser una falsa ausencia de infección asignado al antibiótico. Además, hay que tener presentes que los fármacos pueden llegar a producir reacciones alérgicas. Lo recomendable es tratar en primer lugar la infección, y si posteriormente es necesario, aplicar el corticoide.
La vía tópica de administración de medicamentos es un instrumento más que imprescindible para la actividad diaria de un podólogo. Los tratamientos pueden ser más o menos efectivos. El fallo del mismo puede deberse principalmente a que el paciente no lo aplique correctamente con las pautas prescritas o incluso que el tratamiento indicado no sea el correcto.
En el momento en que se termina el tratamiento de la afección y no se detecta ninguna mejora habrá que reconsiderar el diagnóstico inicial y ver si la solución puede ser la prescripción de un fármaco por vía sistémica.
Consúltenos ante cualquier patología en sus pies, y le daremos las indicaciones adecuadas para tratarla.