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Radiodiagnóstico podológico. Radiología del pie. Radiografía Rayos X Digitales

Radiodiagnóstico Podológico Rayos X Sevilla

Radiodiagnóstico Podológico Rayos X Sevilla

RADIOGRAFIA EN PODOLOGÍA

¿Por qué es importante la radiografía?

La radiografía es fundamental en Podología. La radiología ayuda en la elaboración del diagnóstico correcto, y del mismo modo, al mejor tratamiento, pues lograremos conocer mejor la situación del paciente.

La radiografía es un examen clínico no invasivo, la toma de imágenes con rayos X supone la exposición de una parte del cuerpo a una pequeña dosis de radiación ionizante para producir imágenes del interior del cuerpo. La radiación ionizante es la que produce la suficiente energía para disociar átomos o moléculas en átomos o radicales con carga eléctrica en el material irradiado.

Al realizar una radiografía los podólogos exponemos al paciente a una muy leve radiación ionizante.

Los rayos X son la forma más antigua y de uso más frecuente para producir imágenes diagnósticas.

Algunos usos comunes del procedimiento

· Diagnóstico de huesos fracturados, o de dislocaciones de alguna articulación.
· Demostración de la alineación y estabilidad de fragmentos posterior al tratamiento de una fractura.
· Guía de la cirugía podológica como reparación de luxaciones, corrección de mal-alineamientos óseos, reducción de fracturas o reemplazo de articulaciones.
· Búsqueda de lesiones, infecciones, signos de artritis, crecimientos óseos anormales o cambios óseos observados en afecciones metabólicas.
· Asistencia para la detección y diagnóstico de neo-formaciones óseas.
· Localización de objetos extraños en tejido los tejidos blandos periféricos al hueso.

Preparación del paciente

La mayoría de las radiografías óseas no precisan de preparación alguna.

Se puede solicitar a la paciente que retire parte de su vestimenta. También se puede requerir la retirada de joyas o cualquier objeto metálico, que pudiese interferir con las imágenes de rayos X.

Las mujeres siempre debe informar al podólogo si existe la posibilidad de embarazo. La radiación podría ser peligrosa para el feto. Ante cualquier duda y siendo necesaria la exploración, se tomarán las precauciones para minimizar la exposición del feto a la radiación.

Forma en que se ve el equipo

El equipo que utilizamos en la Clínica Podológica de San Juan para las radiografías del miembro inferior consiste en un tubo portátil de rayos X  que se coloca en una angulación precisa para la toma que se quiera realizar. El paciente se recuesta en el sillón podológico, o permanece en pié. Una caja (chasis) contiene la placa radiográfica que actúa como registro de imágenes, y que se sitúa debajo del pie por estudiar.

Cómo funciona el aparato de rayos

Los rayos X son una forma de radiación, como la luz o las ondas de radio. Los rayos X atraviesan la mayoría de los objetos, incluso el cuerpo humano. Una vez que se haya dirigido cuidadosamente a la parte por examinar, el aparato genera una minúscula cantidad de radiación que atraviesa al cuerpo, produciendo una imagen en el detector del chasis.

A los rayos X los absorben las diferentes partes del cuerpo en varios grados. Los huesos absorben gran parte de la radiación mientras que las estructuras blandas, como músculos, grasa y órganos, permiten que más rayos X pasen a su través; en consecuencia, los huesos aparecen blancos en los rayos X, mientras que los tejidos blandos se muestran en matices de gris, y el aire aparece negro.

Las películas fotográficas que vimos hasta hace pocos años como copia impresa de la película, se han transformado en archivos digitales que se almacenan electrónicamente. Este tipo de imágenes almacenadas son de fácil acceso y de compartir con otros profesionales para su diagnóstico.

Realización de la radiografía

El podólogo coloca al paciente en la posición adecuada, para situar el pie a estudiar sobre la placa y el tubo emisor de rayos, a la distancia exacta y con el ángulo de incidencia preciso. Si fuese necesario para mantener el pie quieto y en posición se colocaría sobre cuñas o sacos de arena. Por protocolo, se coloca un delantal plomado al paciente que le proteja la zona pélvica y torácica de la posible radiación dispersa “rebotada”.

El paciente permanecerá inmóvil durante unos segundos mientras se toma la imagen de rayos X, con el objeto de que la imagen salga nítida. El podólogo se habrá situado a las espaldas del haz radiológico, tras la pared o barrera, durante la activación del los rayos X, mientras suena una señal acústica que lo delata.

Entonces se coloca al paciente en alguna otra posición contrapuesta con la anterior, para repetir la maniobra desde otro punto de vista (diferente ángulo de incidencia).

Podría solicitársele al paciente el permiso para realizar una radiografía del pie contrario al afectado, con el objeto de comparar ambos, siempre en beneficio del diagnóstico.

Al completar el estudio en unos minutos de espera es posible ver las imágenes obtenidas.

Por lo general, se necesitan sólo cinco minutos para realizar el estudio como lo hemos explicado.

¿Qué puede experimentar el paciente durante su estudio radiológico en Clínica Podológica San Juan?

Una radiografía ósea es un procedimiento indoloro.

La sala está refrigerada, podría sentir frío. También podría sentirse incómodo ante la permanencia inmóvil en una posición particular, o recostado en una mesa de examen dura, en especial si está lesionado. Se le aplicarán los acolchados precisos para su comodidad durante el estudio.

¿Quién interpreta los resultados?¿Cómo obtengo los mismos?

El Supervisor de Radiodiagnóstico, el podólogo, examina e interpreta las radiografías, analiza las imágenes y envía un informe firmado al médico o especialista remitente, quien compartirá con el paciente los resultados. Cuando el mismo paciente haya sido quien solicitase la exploración, será éste quien reciba el informe.

Podría llegar a necesitarse algún estudio posterior de seguimiento, y su podólogo le indicaría la razón exacta para ello. En ocasiones se realiza un examen de seguimiento porque algún hallazgo sospechoso o discutible lo recomiende. También puede solicitarse tal examen de seguimiento para cualquier cambio de una anormalidad ya conocida que pueda ser controlada a lo largo del tiempo. Estos exámenes de seguimiento, pueden ser una buena forma de confirmar si un tratamiento está funcionando, o si una anormalidad continúa estable, o ha cambiado con el tiempo.

Riesgos

Siempre existe una infima probabilidad de tener cáncer como consecuencia de la exposición a la radiación ionizante; a pesar de ello, el beneficio de un diagnóstico exacto es mucho mayor que el riesgo.

La dosis efectiva de radiación de este procedimiento diagnóstico varía.

Las mujeres deben informar siempre al podólogo o al técnico en radiología, si existe la posibilidad de estar en gestación.

Beneficios

Las radiografías óseas reflejan la manera más rápida y fácil para el podólogo de observar y evaluar lesiones de los huesos, incluyendo fracturas y anormalidades en las articulaciones, del estilo de las artritis..

La exploración radiológica es relativamente económica y se encuentra en casi todas las consultas de Podología, salas de emergencia y otras instalaciones sanitarias, lo que lo hace muy útil tanto para los pacientes como para la clase médica.

La rapidez y facilidad de las imágenes de rayos X, es extraordinariamente útil para el diagnóstico  y tratamiento de urgencia.

Después de hecha una exploración radiológica “No queda radiación alguna en el cuerpo del paciente”.

Los rayos X, por lo general, no tiene efectos secundarios en el rango de diagnóstico típico para el examen podológico.

Métodos de protección radiológica del podólogo para el paciente y para él mismo

Es necesario aplicar medidas de protección radiológica frente a la radiación producida por los equipos emisores de rayos X, así como ante la radiación.

Protección frente a la radiación

Los métodos más efectivos para protegernos de la radiación son:

Minimizar el tiempo. Cuanto más tiempo de radiación, mayor será la dosis que recibe el paciente, por tanto, reduciremos el tiempo de radiación. Los tiempos de radiación habituales de las radiografías en Podología, están entre 0.08 s, y 0.5 s

Maximizar la distancia. La variación de la exposición con la distancia la rige la Ley del inverso del cuadrado de la distancia, por decirlo más sencillo, duplicar la distancia entre el paciente y el tubo de rayos X reduce la dosis de radiación recibida a la cuarta parte. Es por eso que el podólogo al hacer la radiografía se separará lo más posible del aparato de rayos, colocándose en situación opuesta al haz de rayos o detrás de una pared; en ocasiones también se protegen las gonadas del paciente con un mandil plomado (que pesa mucho).

Maximizar el blindaje. Se llama blindaje al material capaz de absorber radiación. Cuanto más grueso sea, mayor será la disminución de la radiación al otro lado del mismo. La sala de rayos X suele estar forrada de plomo o construida con ladrillos de material absorbente, como la barita.
Los equipos actuales de rayos X tienen haces de rayos muy vigilados y métodos de control de filtración para minimizar la desviación (o dispersión) de la radiación; de este modo se garantiza que las partes del cuerpo de la periferia, de la región a estudiar, reciban la mínima exposición posible a la radiación. Los colimadores de radiación se utilizan con este fin antes señalado.

Limitaciones de los rayos X óseos (radiografía)

Sabido es que las imágenes de rayos X son de lo más detallado y claro para los huesos, pero poca información ofrecen sobre músculos, tendones o articulaciones.

Una Resonancia Nuclear Magnética puede ser más útil en la identificación lesiones en huesos y articulaciones (e. g. desgarros de ligamentos), o en la detección de fracturas ocultas o de presencia sutil, o hematomas dentro de los huesos (contusiones y micro-fracturas) invisibles a los rayos X.

Reconocimiento de las áreas con radiaciones

Los métodos de protección antes descritos son efectivos cuando se conocen las áreas en que existe radiación, pero ¿cómo se sabe eso? Las zonas en que hay fuentes de radiación se definen como “áreas de acceso restringido” y deben estar señalizadas con carteles de diferentes colores.

En Ortocen, nos corresponde el de “Zona Vigilada” por razón a las características del tubo emisor y la instalación.

¿Cómo sabemos que los niveles de radiación se hallan en valores aceptables?

La vigilancia de la radiación se realiza mediante detectores de radiación. Empresas de protección radiológica, autorizadas por la administración, miden los niveles de radiación existentes durante la operación del equipo de rayos X, comprobando la adecuación de los blindajes. Además de la verificación inicial en la incorporación primera del equipo, se reproduce la misma con periodicidad anual.

En el recibidor de Clínica Podológica San Juan, el paciente puede revisar la actualización de estas revisiones.

Radiación y embarazo

Desde el comienzo del siglo XX se conoce que las células que se reproducen con más frecuencia son más susceptibles a los daños por radiación ionizante. Puesto que los embriones, fetos y niños están creciendo, y sus células se reproducen a gran ritmo, son más sensibles a las radiaciones que los adultos. Cuando se irradia a una embarazada, una fracción de la irradiación llegará al embrión o feto. El periodo más radio-sensible del embrión es entre las semanas 8ª y 15ª de la gestación.

Según la legislación actual, desde el momento que se declara el embarazo, el feto no puede recibir una dosis efectiva superior a 1 mSv (la unidad Sievert honra al físico sueco Rolf Sievert, esta medida da un valor numérico con el que cuantificar los efectos estocásticos  de las radiaciones ionizantes).

Riesgos de radiación

En los días que corren, son numerosas las ocasiones en que nuestras actividades diarias implican riesgos, o lo que es lo mismo, posibilidad de daño, enfermedad o incluso muerte. Entre los pacientes, el riesgo de la exposición a las radiaciones ionizantes se compensa con el beneficio derivado del diagnóstico o tratamiento recibido.

Para comparar el riesgo asociado a la radiación con otros riesgos para la salud, se confronta el número medio de días de esperanza de vida perdidos por unidad de exposición, para cada tipo de riesgo; cotejándolos se muestra que muchas de nuestras actividades diarias representan un riesgo para la salud mayor que el derivado de los niveles de radiación existentes en el ámbito médico.
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